De las noches de invierno

El ferviente deseo de quedarse en casa y morir lentamente adentro de un dvd. Mejor salgamos a hacer lío que en el frío deambula perdido el misterio de la noche. En la calle los silencios del invierno se hacen poesía con el viento. Corramos, gritemos, saquémonos la ropa, hagamos el amor en los parques, felices, con frío, sin amor. Riámonos de los policías que patrullan aburridos la ciudad. Molestémoslos hasta que nos persigan y escapemos de ellos. Robemos cada cartel de la calle, todos los carteles que prohíben algo. Hagamos un pozo en la plaza y enterrémoslos para siempre. Hagámoslo sólo para tener un secreto que guardar. Vayamos a los bares más sucios, a los recitales, a las hamacas. Hablemos con borrachos, con crotos, con locos, con choros, con ningún amigo. Hagamos planes de viajes que nunca vamos a hacer, porque nunca más va a existir otra noche como esta.


Y si nunca más volvemos a vernos, algún día, cuando seamos dos viejos de mierda voy a ir a visitarte y vamos a hablar de esa fría noche de hace tiempo. Al final todo el resto de la vida estuvo de más. Entonces ahí y recién ahí, acordémonos de que hacía frío, y era de noche, y estábamos solos, cada uno en su casa, dejándonos morir.

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