Amaneció

Nublado, gris, frío, otoñalmente
confundido
Estoy cansado
Anoche volví a tomar mucho y dormir poco
No me siento bien No sé porqué
es temprano y ya estoy en la calle caminando
bajo una fina
constante lluvia.
Va a ser un día de mierda, seguro
Tengo que hacer cosas que no quiero hacer
Tengo que ir al médico para que me diga que tengo que hacer algo que ya sé
que no voy a hacer y ese es el punto
                Necesito escucharlo para convencerme de no hacerlo
Porque ni con mil antibióticos
ni con medicina oriental ni
con acupuntura ni
con una amatista de 80kg rodeada de
cuarzos blancos y rosas y turmalinas por doquier      
Se cura esta enfermedad de saberme innecesario
De saber que no te alcanzo No completo
ni siquiera la mitad del ya casi inexistente vacío que te genera saber

que en este mismo momento mueren niños de hambre en áfrica.

Prosa prohibida. Poesía


Apuntamos / a una cuestión poética
Estéticamente confundida
Perdida en la ética moderna y aterciopelada.
Podríamos intentar reinventar los deseos
Sintetizar todo en un punto de la histeria poética
Reescribir los sueños de la humanidad
Describir de otra forma los sucesos, inventando un nuevo idioma
Desnaturalizando el significado de la palabra
Avalando el significante del proceso poético
Pintarlo de colores, morderle los costados
Iluminarlo con las luces de la noche.
O sino podemos seguir y escribir
Poemas sobre la estabilidad de la política o la inversa
Para un ensayo
Sobre la inestabilidad de las personas políticas.
Pero apuntamos a lo digno
A la cuestión del género A la estética permitida
Desprotegida del aderezo de la métrica poética
vamos hacia lo brutal
Como un cielo que es distinto a todo
Pero sobre todo es distinto

A la palabra cielo.


Cuando se abra la flor de los geranios  
Íbamos a encontrarnos para despedirnos
En el jardín
donde fue la primera vez que te vi
Reírte hasta doblarte
a la sombra de un jacarandá.

Anoche no pude dejar de extrañarte
Y quise detener el tiempo