Fue culpa nuestra


La mañana tenía un olor fresco
Que zigzagueaba en tonos verdes 
La noche anterior había sido roja y oscura.
Nos habíamos encerrado en la habitación
Para refugiarnos del frío de la calle y perfumarnos
Con el mismo sexo que nos había inventado,
En el que reincidíamos a cada rato
Para olvidarnos de cuanto nos queríamos
O para recordárnoslo.

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