Mirándonos los ojos.


Para vos, por alguna razón
es un pecado 
para mí es una locura
pero hablamos de lo mismo
y ambas posturas se funden
y se derriten en un gesto
que se entiende como
Porrón y maní.

Poema Nº 6


La carne acá es débil y dócil, sobornable.
-Comete mi carne, mi sangre. Mis huesos
esculpilos, hace artesanías restos óseos.
Devorame y no me ames
Mujer caníbal, matame
Llenate de mí. Llevame
Para siempre dentro tuyo.


Un remolino de colores


La
barba
crece
Las
uñas
crecen
los parpados
pesan
Lo que hay más allá
de la ventana parece estar fuera de foco
un remolino de colores en la esquina
Es necesario correr el riesgo.





...



Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles


La gente que me gusta:


La gente que me gusta fuma porro a la mañana. La gente que me gusta camina descalza, coge sin forro, canta en la ducha. La gente que me gusta no es, precisamente, la que le gusta a Benedetti, aunque él me gusta. A mí no me gusta el arquetipo de persona responsable, esas personas  preocupadas que viven para estresarse y quejarse del stress que cargan. A mí me gustan los perros, las personas con almas, las que sueñan boludeces, las que deliran, las que encuentran la felicidad en cualquier cosa, o en la nada. Me gusta la gente sin edad, la que no sabe cuantos años tiene, ni como se llama ni dónde vive. Me gusta la gente sin plata, la que manguea, la que presta, la que da. Los que no necesitan la aprobación de nadie, los que se cagan en todo, los caídos del sistema.

Me gusta esa persona que sabe que otra persona se avergüenza al verlo y él sabe reír de eso y por eso me gusta. Me gusta la gente que deja para mañana lo que puede hacer hoy, y mañana se lamenta de no haberlo hecho ayer y vuelve a dejarlo para mañana. Los que fuman en los baños me gustan, los que se atrasan en los impuestos, los que siempre tienen un porrón en la heladera, los que rompen reglas, los que riegan plantas, los que tienen barba. Me gusta el viajero y no el turista, el que cuida las plantas y rompe lo huevo´, me gusta la flor y no el paraguayo, el wisky y no el fernet. Me gusta la gente que no usa paraguas cuando llueve.

No me gusta la gente del After Office, me gusta la gente de la plaza, la del mini, la del parque. Me gustan las personas simples, esos pocos. Me gustan los que se sacudieron todo el polvo enfermo del mundo. Me gusta el pibito que no se conforma, el que pregunta, el que rompe las pelotas. Me gusta la gente que cree que está bueno que exista gente a la que no le guste este tipo de gente. Pero a mi me gusta la gente que lee libros, que escribe cosas, que pinta las paredes, que putea. Los que piensan que tenerlo todo a veces puede ser no tener nada y creen en eso. Los que encuentran formas en las nubes, los que toman el mate amargo, los que no tienen agenda, los que tienen callos en los pies y calles en la suela de las zapatillas.

Pero sobre todo me gusta la gente que no es como yo, la que me discute, la que me pelea, la que por lo menos una vez en la vida tuvo ganas de cagarme a trompadas.